Te cuento,
llega la primera luz del día,
y me encuentra despierto,
pensando en ti,
el primer suspiro matutino,
es por ti,
luego la ceremonia cotidiana,
las cosas sencillas,
las complicadas,
todas dedicadas a ti,
el baño diario,
mirarse en el espejo,
y sonreír,
siempre pensando en ti,
que hace que el día pase lento,
pero rápidamente llega la noche,
y el sueño
el dormir, soñando en ti,
fuiste el último pensamiento del día,
que se confunde con el primer sueño
y soy feliz
inmensamente feliz
solo pensando en ti,
y de pronto bruscamente llega el insomnio,
bendito insomnio,
que alarga las horas conscientes
para recordarte
y escribir el testimonio presente
escrito de madrugada
con tu recuerdo
y la sonrisa dibujada en el rostro
que hace que al fin
luego de algunas horas
nuevamente llegue el sueño
y el mismo ritual
de confundir
la realidad consciente
con el sueño
donde vuelvo a encontrarte
hasta que llega la primera luz del día,
y empezar nuevamente la feliz rutina
que me hace tan feliz.
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