7.7.15

bailas ?, 
pregunté
yo veintiuno y tu veinte,
te tomé del talle,
cerré los ojos, me sentí en la gloria,
no recuerdo mas,
soñé un sueño largo, 
abrí los ojos,
y tenía setenta,
uno mas que tú,
tu cuerpo palpitante,
el mismo sentimiento,
cerré los ojos nuevamente,
y me deje llevar,
por la melodía, 
por el recuerdo,
y casi en sueños,
retiré mi rostro,
te miré un instante, 
nunca sabré si fue un sueño,
toda nuestra vida, 

resumida en un bolero.

5.7.15

A mi profesora de cuarto de primaria, Francisca Achaval.


Hubo un niño en Iquitos,
en el año cincuenticuatro,
era un niño sin infancia,
con un oscuro futuro,
a quien de pronto
una luz le alumbró el camino
con cariño,
y desde entonces
aprendió a confiar en la gente
y para siempre tuvo la luz presente
que le iluminó el camino
y hoy
desde este futuro te digo
gracias,
gracias por todo
por el ejemplo
por haber estado en el lugar preciso
en el momento preciso,

gracias...

un niño de cuarto de primaria.


15.6.15

Te cuento,
llega la primera luz del día,
y me encuentra despierto,
pensando en ti,
el primer suspiro matutino,
es por ti,
luego la ceremonia cotidiana,
las cosas sencillas,
las complicadas,
todas dedicadas a ti,
el baño diario,
mirarse en el espejo,
y sonreír,
siempre pensando en ti,
que hace que el día pase lento,
pero rápidamente llega la noche,
y el sueño
el dormir, soñando en ti,
fuiste el último pensamiento del día,
que se confunde con el primer sueño
y soy feliz
inmensamente feliz
solo pensando en ti,
y de pronto bruscamente llega el insomnio,
bendito insomnio,
que alarga las horas conscientes
para recordarte
y escribir el testimonio presente
escrito de madrugada
con tu recuerdo
y la sonrisa dibujada en el rostro
que hace que al fin
luego de algunas horas
nuevamente llegue el sueño
y el mismo ritual
de confundir
la realidad consciente
con el sueño
donde vuelvo a encontrarte
hasta que llega la primera luz del día,
y empezar nuevamente la feliz rutina
que me hace tan feliz.


Sabes cuando los días son mas largos ?
son los que anteceden al cumplimiento de una promesa. (que me haces)
son lentos y nunca acaban,
pero por fin llega el día,
el momento,
y este pasa en un suspiro,
y se convierte en sueño realizado,
y nuevamente a esperar otra promesa.